Ingredientes:
- Masa de hojaldre fresca (he usado una y media de las de Lidl)
- Queso Cheddar en lonchas (150 gramos, unas 8 lonchas)
- Una cebolla grande (utilizaremos dos ó tres si son pequeñas)
- Harina (cuatro cucharadas soperas no muy llenas)
- Leche (600 ml)
- aceite
- sal
- nuez moscada
- pimienta negra
- albahaca
- un huevo (para pintar el hojaldre)
El cheddar es un queso originalmente producido en la villa de Cheddar, en Somerset, Inglaterra. Se caracteriza por su color anaranjado y pasta uniforme y lisa. Este queso contiene una buena fuente de vitamina B12, así que es una buena idea incluirlo en nuestra dieta.
Para elaborar la receta, en primer lugar, pelamos y picamos la cebolla en trozos menudos. Ponemos un poco de aceite en una sartén y la pochamos poco a poco, hasta que la cebolla esté cocinada.
Una vez esté lista, escurrimos el aceite y reservamos.
Para preparar la bechamel ponemos unas cuatro cucharadas soperas de aceite en un cazo y añadimos la harina, removiendo para integrar con el aceite. Añadimos la leche poco a poco, sin dejar de remover. Le añadimos una cucharada de café de nuez moscada, sal y la pimienta, y continuamos removiendo, hasta que casi se tengamos la bechamel con la textura deseada (no debe de quedarnos muy suelta, tal y como se puede observar en la siguiente imagen).
En ese momento añadimos la cebolla previamente cocinada y mezclamos. Reservamos la mezcla.
Mientras tanto, extendemos la masa de hojaldre.
Colocamos encima las lonchas de queso Cheddar, de forma que entre ellas queden unos dos centímetros a cada lado. Cortaremos la masa de hojaldre dejando ese espacio para que nos permita cerrar cada uno de los rollos, tal y como se ve en la siguiente imagen. Cortamos con un cuchillo la masa de hojaldre, dejando ese espacio entre las lonchas de queso.
Espolvoreamos con albahaca. Después, con una cuchara, vamos repartiendo la salsa bechamel, que debe estar templada, por encima del queso.
Una vez hecho esto, procedemos a enrollar con sumo cuidado, tal y como se muestra en las siguiente imágenes.
Una vez elaborado el rollo, cerramos los laterales del mismo, para que no se nos escape el relleno, tal y como se puede ver en la imagen anterior. Después batimos el huevo y, con un pincel, pintamos la masa, para que, una vez horneada, quede con una tonalidad dorada que lo haga más atractivo a la vista.
Pinchamos ligeramente la masa de hojaldre con un tenedor para que no infle demasiado durante el proceso de horneado.
Colocamos los rollos sobre una fuente de horno, con papel de hornear en la base para que no se nos pegue, e introducimos en el horno, previamente calentado, unos 20-25 minutos a 180º, hasta que estén ligeramente dorados.
Así es como quedan una vez horneados. Tened cuidado de no tomarlos demasiado calientes, pues podéis escaldaros la lengua y el paladar. ¡ Están muy buenos!. Animaros a probarlos y a contarme que os han parecido.
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