PATÉ DE SURIMI

Como "surimi", palabra de origen japonés, conocemos al producto creado a partir de pescados de carne blanca o aves de corral. Los filetes de pescado son desmenuzados y enjuagados repetidas veces hasta formar una pasta gelatinosa. Luego esta pasta es mezclada con aditivos tales como almidón, clara de huevo, sal, aceite vegetal, sorbitol, azúcar, proteínas de soja y otros condimentos. Una vez procesado, es empaquetado y congelado.

El surimi más conocido en occidente es el kanikamaboko, conocido comúnmente  como "palitos de cangrejo". Estas barritas están conformadas en casi el 75% del producto por panga (pez gato) y fletán, con harinas, almidones y clara de huevo añadidos. En algunos casos también tienen leche. La parte rojiza del palito de cangrejo es pimentón. En otros casos, esta franja es de color naranja, formada por el colorante E-102.

Ahora que empieza a hacer calor, apetece comer cosas fresquitas y fáciles de preparar. El paté de surimis, o palitos de cangrejo  cumple estos requisitos.  Además está muy bueno y es una rica fuente de proteínas.  

Para su elaboración vamos a necesitar muy poco tiempo, así que ¡ manos a la obra!. Necesitamos:

• 10 palitos de surimi (palitos de cangrejo)
• 2 huevos cocidos
• 2 ó 3 cucharadas soperas colmadas de mayonesa

Elaboración:

Lavamos bien los huevos y los ponemos a cocer en agua. Mientras tanto, picamos los palitos de cangrejo y reservamos.

Una vez que están cocidos los huevos, esperamos a que enfríen para quitarles la cáscara. Luego los picamos en trozos pequeñitos.

Echamos en el bol tanto los palitos de cangrejo como los huevos y añadimos dos o tres cucharadas soperas de mayonesa. Cuanta más echemos menos espeso nos quedará el paté, eso ya dependerá del gusto de cada uno.

Batimos con una batidora hasta que veamos que la mezcla tiene una consistencia necesaria para ser untado. Servimos frío y acompañamos con unas mini tostadas de pan. Las que yo le puse tenían pasas, pero  también sirven las normales. Con cualquiera de las dos está muy bueno.

Os advierto que resulta muy difícil contenerse ante una tostada de paté de surimi, y una vez que empiezas a comer, es complicado parar hasta que se termina.